FILOFOBIA: EL MIEDO A ENAMORARSE
La filofobia consiste en una alteración del estado del ánimo que impide a una persona llegar a enamorarse, o bien, sin tener esta dificultad, sí la tenga para comprometerse emocionalmente con otra.
Es un término que se utiliza en el ámbito psicológico y que expresa miedo irracional a enamorarse o a sentir amor romántico.
Proviene de dos vocablos griegos: phobia (miedo) y filos (amante de)
Existen casos en que una persona conoce a otra y todo parece que fluye, se gustan y quieren pasar tiempo juntos. Hay feeling y, de repente, un día empieza a darse cuenta de que sus sentimientos van en aumento. Es entonces cuando despliega una serie de mecanismos de defensa inconscientes que le llevan a distanciarse o a evitar cualquier relación con la otra persona. ¿Qué es lo que ha ocurrido? Esta persona posiblemente ha desencadenado una filofobia.
Cualquier fobia implica miedo, pánico a una situación que la provoca. El miedo puede hacer surgir la necesidad de defenderse de lo que se percibe como una amenaza o un peligro, en este caso un daño emocional que la persona tratará de evitar con diferentes mecanismos defensivos, como por ejemplo:
- Inconscientemente buscará defectos en la otra persona para justificarse de que tal vez no es la persona adecuada, o se encaprichará de personas inalcanzables para auto convencerse de que no tiene miedo a amar o a comprometerse, sino que son las circunstancias las que lo impiden.
- Puede dar lugar a desconfianza hacia la otra persona, generando conflictos y buscando que sea la otra persona la que se aleje.
- En otros casos puede aislarse emocionalmente al sentir que la otra persona se está acercando sentimentalmente demasiado.
Ese sentir por la otra persona lo asocia a un conjunto de circunstancias negativas (a perder independencia o libertad, a no cumplir las expectativas, a que la otra persona no llegue a enamorarse, a que le deje por otra persona, a que le haga daño, etc.). Los miedos dependerán del tipo de filofobia que pueda tener y del grado de intensidad de aquellos.
Las causas suelen ser experiencias pasadas que han llevado a esa persona a creer que el sufrimiento que pudiera ocasionar el amor será mayor que el bienestar que puede obtener, o a creer que está mejor sin ningún tipo de compromiso para evitar sufrir. Pero se auto engaña porque vuelve a fijarse en otras personas. No sabe gestionar la ansiedad que le genera a causa de creencias irracionales relacionadas con el amor.
La persona filofóbica ha podido tener experiencias dolorosas o traumáticas con otras personas, que no ha terminado de gestionar bien o que aún tiene que cerrar sin que sea consciente, o quizás haya vivido situaciones en la infancia o en su familia que han derivado en un desarrollo de la personalidad que le lleva a comportarse de adulto de esta manera desadaptativa (carencias emocionales, falta de cariño, pérdidas, rechazos, infidelidades, malas experiencias con ex parejas, etc). En el fondo, como ser humano, quiere amar, pero el miedo levanta un muro tan grande que le resulta difícil dejarse llevar.
Estas personas incluso pueden llegar a experimentar algunos de los siguientes síntomas: taquicardia, temblores, impulsividad, dolor de cabeza, desórdenes estomacales, mareos, ansiedad, etc. Incluso puede llegar a desencadenarse consecuencias perjudiciales como el aislamiento o la depresión.
Su cuerpo reacciona de la misma manera que si estuviese ante una situación peligrosa
Buscarán estrategias que eviten exponerse al dolor que pueda ocasionarle una relación de pareja o que eviten mostrar su vulnerabilidad al dejar fluir sus sentimientos, creándose, por tanto, una coraza emocional que acabará con el tiempo por pasarle factura física o psicológicamente.
Este tipo de fobia, como otras, tiene solución: hacerle frente al miedo. Es la única manera de vencerlo, ya que salir huyendo o evitar esas situaciones provocará finalmente malestar, frustración y aumento del problema. Además, el gestionar estos miedos de manera inadecuada también hará que la otra persona acabe alejándose y podrá causar a ésta un daño emocional. Los pensamientos irracionales son los que acaban provocando dichas emociones y, por tanto, dichas actitudes.
Además de la terapia psicológica adecuada, la persona con este tipo de miedos debe vivir las experiencias día a día, centrándose sólo en el presente, dejando atrás el pasado y las expectativas futuras, como única manera de tener cierto control a esos miedos.
Es fundamental hacer partícipe a la otra persona de lo que sucede. La comunicación es esencial, pues el hecho de que lo comprenda ayudará a que entienda estas reacciones y, por tanto, la tensión emocional podrá disminuir hasta que desaparezca. Para ello, la otra persona debe ser alguien psicológicamente estable y con madurez emocional, y que no dificulte la relación u ofrezca razones reales para la desconfianza o desmotivación. En caso contrario, la persona con dicha fobia deberá evolucionar sóla para poder estar preparada para la próxima relación.