LOS TIPOS DE FEMINISMOS
Actualmente no existe un solo feminismo, sino diferentes tipos defendidos tanto por mujeres como por hombres, que expondré resumidamente.
La Real Academia Española de la Lengua define feminismo como principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre, y como movimiento que lucha por su realización efectiva en todos los órdenes del feminismo.
PROTOFEMINISMO O FEMINISMO PREMODERNO:
En el siglo XV surgieron las primeras protestas expresadas por mujeres, que se remontan a la Edad Media, como mera enumeración de agravios, dentro de una sociedad estamental en la que se consideraba que existían diferentes formas de servir al amo según los sexos, por voluntad divina. No se considera feminismo como tal.
FEMINISMO E ILUSTRACIÓN:
La primera fase del feminismo, según los estudios feministas europeos, aparece con la filosofía de la Ilustración (siglo XVIII), cuyos principales autores consideraban que las mujeres y niños estaban excluidas del derecho de ciudadanía por naturaleza. En 1791 se publicó la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, redactada por Olympe de Gouges, para completar la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, quien fue ejecutada.
En este contexto surge el Feminismo, con la publicación de la obra “Vindicación de los derechos de la mujer” de Mary Wollstonecraft, en 1792, y se fue desarrollando a lo largo de la historia a nivel mundial en diferentes etapas llamadas “olas del feminismo” (segunda fase).
En este sentido, podemos hablar de varios tipos de feminismos o clasificaciones, que conviven en la actualidad, y que pueden tener o no elementos comunes.
FEMINISMO LIBERAL:
Surgió en la Primera Ola (siglo XIX). Busca la igualdad política y jurídica mediante reformas legales dentro de una democracia liberal, a favor del liberalismo económico. Se contrapusieron a los movimientos de mujeres proletarias del movimiento obrero, los cuales se convirtieron con el tiempo en:
FEMINISMOS SOCIALISTA Y MARXISTA:
Se basan en la teoría de la lucha de clases. Busca la emancipación de la mujer, la necesidad de socializar el trabajo doméstico, el amor libre, abordando la opresión histórica de las mujeres por parte del Estado capitalista y la relación matrimonial.
En el siglo XX, el Feminismo liberal sufragista se centró en el derecho de las mujeres al sufragio y a la educación, tras abolirse la esclavitud. En España el derecho al voto de las mujeres se reconoció en 1931.
FEMINISMO RADICAL:
Segunda Ola: desde la década de los años 60, este feminismo reclama una reordenación radical de la sociedad para eliminar el supremacismo masculino (ideología que defiende la superioridad del sexo masculino frente al resto por razones étnicas, biológicas, culturales, religiosas o de origen) y el patriarcado (organización social primitiva en que la autoridad es ejercida por un varón jefe de cada familia, extendiéndose este poder a los parientes).
Estas tres corrientes del feminismo (liberal, socialista y radical) se han considerado por algunos sectores como las tres grandes escuelas de pensamiento feminista.
FEMINISMOS POSMODERNISTAS:
- FEMINISMOS DE LA TERCERA OLA
Además de seguir existiendo los feminismos de las dos primeras olas, a partir de los años 90 hasta la actualidad, surgieron otros nuevos tipos de feminismo como respuesta a los fallos percibidos en el feminismo de la segunda ola. Consideran que no existe un único modelo de mujer.
Algunos de estos feminismos han sido criticados por feminismos específicos o multiculturales (como el feminismo negro y el feminismo interseccional) porque tenían en cuenta solamente la visión de un tipo de mujeres. Algunas de las nuevas corrientes feministas incorporan el antirracismo o la teoría post colonial.
El Transfeminismo sostiene que el género y el sexo biológico son construcciones sociales, incorpora la teoría queer (crítica contra las visiones esencialistas de la sexualidad y el género) y la transexualidad.
El Ecofeminismo sostiene la idea que la mujer es la impulsora de una revolución ecológica que crea una nueva relación entre el ser humano y el medio ambiente, que el patriarcado equipara a la mujer con la naturaleza y ejerce una fuerza de superioridad, explotación y opresión ante ambas.
El Feminismo abolicionista, además de características comunes con el feminismo radical, se posiciona en la abolición de la prostitución, la pornografía y la maternidad subrogada. Consideran la prostitución como un sistema de explotación en el que todas las mujeres trabajan forzadas en menor o mayor medida, incluso sin ser conscientes; existe una relación de poder que cuando un hombre compra el acceso al cuerpo de una mujer o niña, participa de un acto de abuso y opresión cosificando a la persona como producto. En contraposición, el Feminismo regulacionista defiende la prostitución como trabajo, así como su regulación para evitar abusos y la trata de personas.
El Feminismo de igualdad comparte con los anteriores la idea de que los roles de género no existen y que son una consecuencia de la educación y cultura recibidos al nacer, en la línea de lo que consideraba Simone de Beauvoir (“la mujer no nace, se hace”). Su objetivo es disfrutar del mismo estatus que disfrutan los hombres.
El Feminismo de la diferencia, que se originó en los años 70, no distingue una dualidad que deba ser equiparada, sino que reivindica la naturaleza femenina con sus características propias bajo el lema “ser mujer es hermoso”. Surge el feminismo del pintalabios o lipstick (busca la aceptación de conceptos tradicionales de la feminidad, incluyendo el poder sexual de las mujeres) y el feminismo consumista (incorporación de algunos postulados del movimiento feminista al capitalismo y a la economía de mercado).
El Feminismo separatista es una de las ramas más radicales del feminismo, ya que no está basada en un principio de igualdad. Sí reconoce las diferencias, naturales o adquiridas, entre hombres y mujeres, sosteniendo que por ello la mujer debe mantenerse al margen de toda relación con el varón, como única forma de desarrollarse plenamente. También defiende el sexo lésbico como única vía para el pleno desarrollo de la sexualidad femenina.
El Feminismo disidente no está conforme con algunas ideas del feminismo radical considerado como “hegemónico”. Busca la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
El Feminismo filosófico es una parte del feminismo que sostiene que la Historia de la Filosofía debe ser revisada porque deja fuera a autoras y sus ideas, creando un sesgo de género.
También se habla de Ciberfeminismo, como una corriente del feminismo con una visión utópica de internet como espacio no contaminado por los roles de género y desde donde sería posible eliminar las construcciones sociales.
El Feminismo científico defiende la igualdad de oportunidades reconociendo que existen diferencias biológicas entre hombres y mujeres, pero que no deben ser un impedimento para lograr tal igualdad efectiva. Podría equipararse con el feminismo disidente o el feminismo liberal.
Y por otra parte, existe la teología feminista, un movimiento dentro de algunas religiones (como el budismo, cristianismo, judaísmo o el islam) que reconsidera las tradiciones, prácticas, escritos y teologías de esas religiones dentro de una perspectiva del feminismo. Entres sus objetivos está el de resaltar el papel de la mujer en el contexto religioso, reinterpretar la propuesta religiosa dominante patriarcal y examinar la imagen de la mujer en textos sagrados.
- FEMINISMOS DE LA CUARTA OLA
Es una adaptación histórica sobre el movimiento feminista, considerada como el nuevo momento histórico en la lucha por los derechos de las mujeres desde la segunda década del siglo XXI, cuya conceptualización continúa perfilándose en la actualidad.
Se considera un movimiento internacional con una reacción unánime frente a la violencia contra las mujeres (como la violencia de género) y se caracteriza por la diversidad de debates sobre la desigualdad de las mujeres y la falta de reconocimiento de sus derechos fundamentales en diferentes ámbitos de las distintas sociedades. Se manifiesta a nivel nacional e internacional, como una respuesta socio-política, filosófica, económica y cultural que se suma al movimiento asociativo, frente al neoliberalismo. Tratan temas como la abolición de la prostitución, la crítica a la pornografía, el aborto legal y gratuito, la igualdad de madres y padres en los permisos parentales, la oposición a los vientres de alquiler y la paridad económica y salarial.
En esta cuarta ola surgió el movimiento #MeeToo (en protesta de los casos de agresiones y acosos sexuales) y los movimientos de “nuevas masculinidades”, como un compromiso de los hombres para cambiar su visión de la masculinidad tradicional o tóxica, basada en la violencia y el concepto de hombre como único proveedor. Supone el deseo de muchos varones (y mujeres) de vivir en una sociedad igualitaria eliminando los roles de género impuestos.
La cuarta ola del feminismo en España surgió como respuesta al conservadurismo de los años 80 y contra la violencia hacia las mujeres a partir del asesinato de Ana Orantes por su exmarido, utilizando el activismo feminista por Internet, rechazando algunos movimientos de la tercera ola y fortaleciéndose el 8 de marzo de 2018.
Símbolo del feminismo con el puño alzado |
En definitiva, cualquier persona feminista compartirá elementos de unos u otros tipos o corrientes del feminismo. Recordemos además, que los conceptos contrapuestos al feminismo son el machismo y el hembrismo, que la RAE los define así:
Machismo: Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres, y forma de discriminación sexista caracterizada por la prevalencia del varón.
Hembrismo: Concepción o actitud que presupone la superioridad de las mujeres respecto de los varones.
ONU Mujeres considera que el feminismo es la lucha por la equidad de género y por el reconocimiento de las mujeres como personas físicas y sujetos de derecho, que busca conseguir que las mujeres tengan iguales libertades que los hombres, además de eliminar la violencia contra la mujer que en su mayoría es ejercida por estos.