RESPONSABILIDAD AFECTIVA
Sabemos que existen diferentes tipos de responsabilidades: la social, la civil, la patrimonial, la subsidiaria, la política, la penal, la contractual, la familiar, la económica, etc. Y también existe la responsabilidad afectiva o emocional.
La responsabilidad afectiva en las interacciones personales significa entender que nuestras acciones tienen un efecto en los demás y ser responsables de ello. Es asumir que nuestros actos y palabras causan emociones en las personas con las que nos relacionamos. Supone inteligencia emocional y respeto hacia la otra persona.
Tener responsabilidad afectiva implica, por ejemplo:
- No hacer ghosting. El ghosting de antaño sería cuando alguien decía que iba a comprar tabaco y no volvía nunca. A día de hoy, es desaparecer sin decir nada a través de las tecnologías de la comunicación, tras un mensaje que requiere una respuesta o como forma de terminar un vínculo afectivo. Este comportamiento puede hacer mucho daño psicológico a la otra persona, la cual no entiende esta desaparición y se queda con la duda eterna del motivo. Las personas inmaduras emocionalmente terminan una relación personal con el silencio eterno, sin aviso previo, o dejan sin respuesta a una persona (que no está acosando) sin motivo aparente. También supone una falta de respeto y de educación.
- Hablar sobre nuestros sentimientos y expectativas sobre la relación afectivo-sexual. Dejar claro desde el principio si no se busca ningún tipo de compromiso o qué se está buscando para no generar confusión en la otra persona.
- Gestionar adecuadamente las emociones. No herir con nuestras palabras y acciones de forma consciente.
- Buscar soluciones adecuadas ante problemas interpersonales.
- Tener una buena comunicación, expresando las emociones y las necesidades, con respeto a la otra persona.
- Cuidarse y respetarse mutuamente en una relación afectiva. Saber escuchar y preocuparse por la otra persona.
- No utilizar el silencio como castigo.
- No engañar en una relación afectivo-sexual con terceras personas, ni ocultar la existencia de estar conociendo a otras personas a la vez. Las relaciones abiertas han de ser consensuadas y la otra persona ha de saberlo para que pueda tomar decisiones.
- No considerar que tener sólo relaciones íntimas con alguien no significa nada. Es una interacción personal que para muchas personas es también emocional.
- No utilizar a las personas como objetos.
- Pedir perdón cuando se ha hecho daño o cometido un error con otra persona.
- Ponerse en el lugar de los demás y no hacer a otros lo que no nos gustaría que nos hicieran.
- No mentir ni engañar para conseguir beneficios personales.
- Tener en cuenta también las necesidades emocionales de la otra persona.
- Tratar de cumplir con lo que se dice y ser coherente entre nuestras palabras y actos.
- No dar esperanzas con nuestros actos o palabras a otra persona si no se tiene el mismo interés.
- Respetar el NO.
Al fin y al cabo, supone evitar un sufrimiento innecesario en la otra persona siendo honestos, empáticos y actuando de buena fe. Ser responsable afectivo es esencial para construir cualquier tipo de relación personal sana y para obtener el respeto de otras personas.
Pero también es importante tener responsabilidad afectiva con nosotros mismos: saber renunciar a aquello que no nos hace bien, querernos, cuidarnos, poner límites, ser honestos con nosotros, cuidar nuestro amor propio y dignidad, usar un lenguaje positivo con nosotros, responsabilizarnos de nuestros problemas y tratar de solucionarlos, valorarnos, etc.